¡Bien venidos a la defensa de las montañas y del medio ambiente!
Por Florencio Bernabé Gonzales (*)
Inkawayin, Febrero 25, 2011
A nuestros amables lectores:
Entregamos estas líneas desde la misma entraña de la Cordillera Huayhuash, Inkawayin en Jahuacocha, inspirado en este marco impresionante de belleza natural, entre el ensordecedor bullicio de la catarata Wacrish, que desciende sus aguas desde los nevados Rasac y Diablo Mudo, el rugido de las avalanchas de nieve al desprenderse del nevado Jirishanca hacia la laguna Solteracocha y observar la majestuosidad del Yerupajá con sus 6,634 msnm, que se yergue como el Apu tutelar de estas gélidas montañas; el verdor de su paisaje salpicado por miles de flores multicolores silvestres, totorales en los bordes de sus lagunas, y quinuales en sus faldas; vuelos majestuosos de cóndores que repentinamente surcan sus cielos, bandadas de huachuas, gallaretas, patos silvestres y variedad de aves silvestres; y la abundancia de truchas en sus ríos y lagunas. Desde que fue declarada ANP, protegida y administrada por las propias comunidades como ACP, recorren los cerros manadas de tarucas y en sus pedregales abundan las tímidas vizcachas, que paulatinamente vienen repoblándose. Vale la pena conservar el medio ambiente del “lugar más bello del Perú”, el agua y el hábitat de los seres vivientes, invitando a los estudiosos e investigadores a esta biblioteca natural orgullo de los peruanos. Acabamos de enterarnos que por estos idílicos parajes se tienden mantos negros de devastación por el monstruo de la minería con su contaminación y la desaparición completa de su biodiversidad y ecosistema, será tema de nuestra próxima entrega.
Una colina en los andes, no es lo mismo para un habitante alto andino, un turista europeo o un empresario minero. Para el habitante altoandino, la colina puede ser un gran Apu con el que define el curso de su vida; para el turista europeo, un majestuoso nevado que valdría la pena volver a ver y, para el empresario minero, una rica fuente de metales preciosos que se puede explotar. La valoración y el tipo de relación que establece con ella depende de cada punto de vista.
1. Como entendemos el enfoque ambiental
En el marco de las distintas propuestas de desarrollo existentes, el ambiente es sin duda un elemento central, ya sea funcionalizado al capital y al mercado en las propuestas neoliberales, otorgándole un valor económico pero respetándolo en función de que perdure en las propuestas de desarrollo humano, o ubicándolo como fuente de vida y derecho humano universal y con una noción de respeto en las propuestas de desarrollo que tienen la vida en el centro.
El conjunto de conflictos socio ambientales por el acceso a la tierra, agua y recursos productivos que privilegian grandes intereses económicos y marginan a pequeños campesinos/as, los devastadores efectos del deterioro ambiental sobre los pueblos, la perdida de la biodiversidad y el patrimonio natural de los pueblos, que conlleva un deterioro cultural y social así como minan su soberanía, son solo algunas consecuencias de privilegiar el mercado y el crecimiento económico en una seudo visión de desarrollo.
Sin duda este conjunto de conflictos socio ambientales afectan de manera diferenciada a los pueblos y personas, marginando y exponiendo a mayores situaciones de vulnerabilidad a quienes socialmente ya enfrentan estas dificultades, así pequeños campesinos, indígenas y mujeres asumen gran parte de las consecuencias de este despropósito ambiental, por tanto este enfoque es considerado injusto.
Es necesario rebasar la noción tradicional de la relación sociedad - naturaleza como dos entes separados y entender que los seres humanos somos parte de esta, así entonces podemos señalar que “el medio bio (flora y fauna) físico (agua, suelo y aire) y humano (hombres y mujeres); que incorpora los factores sociales, económicos, políticos, culturales y las interrelaciones entre ellos.
El enfoque ambiental nos plantea entonces una noción mas allá de los recursos naturales y es parte constituyente de una propuesta que busca enfrentar la crisis ambiental, económica, social, cultural y política, ocasionada por las distorsiones en la distribución del poder y los medios de producción, la irracionalidad del mercado y los capitales, los paradigmas de calidad de vida impuestos por el modelo capitalista y la poca cultura socio ambiental.
Desde la ecología política podemos entender que el conjunto de prácticas de subordinación del ambiente y extracción de la riqueza natural con fines monetarios, acentúan permanentemente los conflictos y las inequidades sociales; que este proceso se estructura desde esferas macro de la sociedad y del capital en la que los intereses transnacionales definen las agendas políticas gubernamentales y por tanto los futuros impactos socio ambientales económicos y culturales, y que por tanto la respuesta debe llegar también a la esfera de lo político y lo público. Plantea el reto de sobrepasar las medidas de nominadas “ambientalistas” como la extracción “responsable” de recursos no renovables, la producción de biocombustibles devastando los Andes y la Amazonía, la producción agroexportadora con transgénicos para “combatir el hambre”; y cuestionar el modelo de desarrollo, las injustas relaciones de poder, el inequitativo acceso y control de los medios de producción, generando alternativas desde la igualdad, soberanía y autodeterminación de los pueblos.
Compartimos con las comunidades originarias (campesinas y nativas), los movimientos ambientalistas, que recogen planteamientos para impulsar la vida, el ejercicio de derechos, la equidad y la soberanía, planteamientos que buscan generar un modelo de desarrollo distinto al de crecimiento económico, que plantean nuevas relaciones de poder y una distribución equitativa de los medios e insumos de producción y la distribución de la riqueza. El marco de derechos y la soberanía son nociones que fortalecen esta visión política relacionada con esta corriente, y la ecología política desde el impulso de transformaciones estructurales. El enfoque ambiental se encuentra enunciado específicamente y hace parte de una concepción integral de cambio de dimensiones como la económica y la política.
2. Marco conceptual
a) Entorno físico:
• Natural: Conjunto de seres bióticos (excepto humano) y abióticos dado por la naturaleza: tierra, sol, agua, aire, flora, fauna, etc.
• Creado: Conjunto de elementos tangibles creados por los humanos: ciudad, autos, instalaciones, comercio, agricultura, fábricas, ganadería, caminos, monumentos, etc.
b) Sociedad: Conjunto de personas con las que interactuamos de manera cotidiana.
c) Cultura: Conjunto de normas, conocimientos, valores y creencias que nos permiten establecer relaciones específicas con los diversos elementos del entorno.
3. Mala relación hombre - sociedad
A pesar de los notables éxitos alcanzados por la humanidad en el campo de la producción de alimentos y de medicinas, el desarrollo de las tecnologías de la comunicación e información, etc., es evidente que los últimos años se observan un estado de malestar e insatisfacción creciente en muchísimas poblaciones. Este malestar está estrechamente vinculado con el paulatino deterioro de la relación sociedad humana – entorno ambiental.
El deterioro de la relación sociedad humana – entorno ambiental puede observarse en la progresiva pérdida de la biodiversidad, el agotamiento y contaminación de recursos, la pérdida del patrimonio cultural, la inestabilidad climática y el incremento del tráfico terrestre, aéreo y acuático, entre otros. También puede observarse en el aumento de los conflictos sociales (movilizaciones, actos de xenofobia, guerras, etc.), de las denominadas “enfermedades ambientales” (infecciones respiratorias, afecciones a la piel, infecciones gastrointestinales, canceres, etc.), la dimensión de los desastres (pérdida de vidas humanas, de biodiversidad y de bienes materiales) y también la reducción de la esperanza de vida de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades.
Pese al escepticismo de alguna parte de la población y la enorme presión generada por los grandes grupos de poder económico y de influencia política, afortunadamente, los últimos reportes del Panel intergubernamental para el cambio climático abren espacios para que la serenidad, la cordura y la responsabilidad de los actores sociales ingresen al campo político y social y pueda establecerse una relación armónica y sostenible entre la sociedad y su entorno ambiental. La principal conclusión del Panel es que el calentamiento global está asociado en gran medida con la acción humana, específicamente con los estilos de vida y de desarrollo.
Todo indica que el antropocentrismo extremo, que niega el derecho a la existencia de otras especies; el etnocentrismo occidental, que discrimina las culturas de otras sociedades; el excesivo afán de lucro, que no tiene en cuenta los costos ambientales; el consumismo exacerbado, que presiona a una producción innecesaria e influye en la preocupante acumulación de residuos; el individualismo egoísta, que no se preocupan por la satisfacción colectiva; y el presentismo extremo, que no considera el derecho a la satisfacción de las futuras generaciones; constituyen aspectos de nuestros actuales estilos de vida y el desarrollo que deben ser reorientados.
Estos estilos de vida y desarrollo insostenibles y generadores de tensión y crisis entre la sociedad humana y su entorno natural y cultural pueden, y deben, ser modificados para garantizar la vida en el planeta. En ese proceso de modificación se otorga a los hombres y mujeres un nuevo papel fundamental relacionado con la cultura ambiental en todos los niveles sociales, políticos y económicos de nuestra sociedad, priorizando la educación ambiental a través de nuestros niños, que para el Perú, significa aplicar de manera decidida el enfoque ambiental en las comunidades educativas, por la ubicación estratégica del Perú, en la que los efectos del cambio climático serán más acentuados, sólo así nos permitirá mitigar adecuadamente.
(*) APPU-HUAYHUASH (10.02.11)
Desde el lugar más bello del Perú: Cordillera Huayhuash
El Yerupajá, 6,634 msnm vista occidental
Pacllón, vista parcial
Laguna de Jahuacocha, Cordillera Huayhuash
Por Florencio Bernabé Gonzales (*)
Inkawayin, Febrero 25, 2011
A nuestros amables lectores:
Entregamos estas líneas desde la misma entraña de la Cordillera Huayhuash, Inkawayin en Jahuacocha, inspirado en este marco impresionante de belleza natural, entre el ensordecedor bullicio de la catarata Wacrish, que desciende sus aguas desde los nevados Rasac y Diablo Mudo, el rugido de las avalanchas de nieve al desprenderse del nevado Jirishanca hacia la laguna Solteracocha y observar la majestuosidad del Yerupajá con sus 6,634 msnm, que se yergue como el Apu tutelar de estas gélidas montañas; el verdor de su paisaje salpicado por miles de flores multicolores silvestres, totorales en los bordes de sus lagunas, y quinuales en sus faldas; vuelos majestuosos de cóndores que repentinamente surcan sus cielos, bandadas de huachuas, gallaretas, patos silvestres y variedad de aves silvestres; y la abundancia de truchas en sus ríos y lagunas. Desde que fue declarada ANP, protegida y administrada por las propias comunidades como ACP, recorren los cerros manadas de tarucas y en sus pedregales abundan las tímidas vizcachas, que paulatinamente vienen repoblándose. Vale la pena conservar el medio ambiente del “lugar más bello del Perú”, el agua y el hábitat de los seres vivientes, invitando a los estudiosos e investigadores a esta biblioteca natural orgullo de los peruanos. Acabamos de enterarnos que por estos idílicos parajes se tienden mantos negros de devastación por el monstruo de la minería con su contaminación y la desaparición completa de su biodiversidad y ecosistema, será tema de nuestra próxima entrega.
Una colina en los andes, no es lo mismo para un habitante alto andino, un turista europeo o un empresario minero. Para el habitante altoandino, la colina puede ser un gran Apu con el que define el curso de su vida; para el turista europeo, un majestuoso nevado que valdría la pena volver a ver y, para el empresario minero, una rica fuente de metales preciosos que se puede explotar. La valoración y el tipo de relación que establece con ella depende de cada punto de vista.
1. Como entendemos el enfoque ambiental
En el marco de las distintas propuestas de desarrollo existentes, el ambiente es sin duda un elemento central, ya sea funcionalizado al capital y al mercado en las propuestas neoliberales, otorgándole un valor económico pero respetándolo en función de que perdure en las propuestas de desarrollo humano, o ubicándolo como fuente de vida y derecho humano universal y con una noción de respeto en las propuestas de desarrollo que tienen la vida en el centro.
El conjunto de conflictos socio ambientales por el acceso a la tierra, agua y recursos productivos que privilegian grandes intereses económicos y marginan a pequeños campesinos/as, los devastadores efectos del deterioro ambiental sobre los pueblos, la perdida de la biodiversidad y el patrimonio natural de los pueblos, que conlleva un deterioro cultural y social así como minan su soberanía, son solo algunas consecuencias de privilegiar el mercado y el crecimiento económico en una seudo visión de desarrollo.
Sin duda este conjunto de conflictos socio ambientales afectan de manera diferenciada a los pueblos y personas, marginando y exponiendo a mayores situaciones de vulnerabilidad a quienes socialmente ya enfrentan estas dificultades, así pequeños campesinos, indígenas y mujeres asumen gran parte de las consecuencias de este despropósito ambiental, por tanto este enfoque es considerado injusto.
Es necesario rebasar la noción tradicional de la relación sociedad - naturaleza como dos entes separados y entender que los seres humanos somos parte de esta, así entonces podemos señalar que “el medio bio (flora y fauna) físico (agua, suelo y aire) y humano (hombres y mujeres); que incorpora los factores sociales, económicos, políticos, culturales y las interrelaciones entre ellos.
El enfoque ambiental nos plantea entonces una noción mas allá de los recursos naturales y es parte constituyente de una propuesta que busca enfrentar la crisis ambiental, económica, social, cultural y política, ocasionada por las distorsiones en la distribución del poder y los medios de producción, la irracionalidad del mercado y los capitales, los paradigmas de calidad de vida impuestos por el modelo capitalista y la poca cultura socio ambiental.
Desde la ecología política podemos entender que el conjunto de prácticas de subordinación del ambiente y extracción de la riqueza natural con fines monetarios, acentúan permanentemente los conflictos y las inequidades sociales; que este proceso se estructura desde esferas macro de la sociedad y del capital en la que los intereses transnacionales definen las agendas políticas gubernamentales y por tanto los futuros impactos socio ambientales económicos y culturales, y que por tanto la respuesta debe llegar también a la esfera de lo político y lo público. Plantea el reto de sobrepasar las medidas de nominadas “ambientalistas” como la extracción “responsable” de recursos no renovables, la producción de biocombustibles devastando los Andes y la Amazonía, la producción agroexportadora con transgénicos para “combatir el hambre”; y cuestionar el modelo de desarrollo, las injustas relaciones de poder, el inequitativo acceso y control de los medios de producción, generando alternativas desde la igualdad, soberanía y autodeterminación de los pueblos.
Compartimos con las comunidades originarias (campesinas y nativas), los movimientos ambientalistas, que recogen planteamientos para impulsar la vida, el ejercicio de derechos, la equidad y la soberanía, planteamientos que buscan generar un modelo de desarrollo distinto al de crecimiento económico, que plantean nuevas relaciones de poder y una distribución equitativa de los medios e insumos de producción y la distribución de la riqueza. El marco de derechos y la soberanía son nociones que fortalecen esta visión política relacionada con esta corriente, y la ecología política desde el impulso de transformaciones estructurales. El enfoque ambiental se encuentra enunciado específicamente y hace parte de una concepción integral de cambio de dimensiones como la económica y la política.
2. Marco conceptual
a) Entorno físico:
• Natural: Conjunto de seres bióticos (excepto humano) y abióticos dado por la naturaleza: tierra, sol, agua, aire, flora, fauna, etc.
• Creado: Conjunto de elementos tangibles creados por los humanos: ciudad, autos, instalaciones, comercio, agricultura, fábricas, ganadería, caminos, monumentos, etc.
b) Sociedad: Conjunto de personas con las que interactuamos de manera cotidiana.
c) Cultura: Conjunto de normas, conocimientos, valores y creencias que nos permiten establecer relaciones específicas con los diversos elementos del entorno.
3. Mala relación hombre - sociedad
A pesar de los notables éxitos alcanzados por la humanidad en el campo de la producción de alimentos y de medicinas, el desarrollo de las tecnologías de la comunicación e información, etc., es evidente que los últimos años se observan un estado de malestar e insatisfacción creciente en muchísimas poblaciones. Este malestar está estrechamente vinculado con el paulatino deterioro de la relación sociedad humana – entorno ambiental.
El deterioro de la relación sociedad humana – entorno ambiental puede observarse en la progresiva pérdida de la biodiversidad, el agotamiento y contaminación de recursos, la pérdida del patrimonio cultural, la inestabilidad climática y el incremento del tráfico terrestre, aéreo y acuático, entre otros. También puede observarse en el aumento de los conflictos sociales (movilizaciones, actos de xenofobia, guerras, etc.), de las denominadas “enfermedades ambientales” (infecciones respiratorias, afecciones a la piel, infecciones gastrointestinales, canceres, etc.), la dimensión de los desastres (pérdida de vidas humanas, de biodiversidad y de bienes materiales) y también la reducción de la esperanza de vida de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades.
Pese al escepticismo de alguna parte de la población y la enorme presión generada por los grandes grupos de poder económico y de influencia política, afortunadamente, los últimos reportes del Panel intergubernamental para el cambio climático abren espacios para que la serenidad, la cordura y la responsabilidad de los actores sociales ingresen al campo político y social y pueda establecerse una relación armónica y sostenible entre la sociedad y su entorno ambiental. La principal conclusión del Panel es que el calentamiento global está asociado en gran medida con la acción humana, específicamente con los estilos de vida y de desarrollo.
Todo indica que el antropocentrismo extremo, que niega el derecho a la existencia de otras especies; el etnocentrismo occidental, que discrimina las culturas de otras sociedades; el excesivo afán de lucro, que no tiene en cuenta los costos ambientales; el consumismo exacerbado, que presiona a una producción innecesaria e influye en la preocupante acumulación de residuos; el individualismo egoísta, que no se preocupan por la satisfacción colectiva; y el presentismo extremo, que no considera el derecho a la satisfacción de las futuras generaciones; constituyen aspectos de nuestros actuales estilos de vida y el desarrollo que deben ser reorientados.
Estos estilos de vida y desarrollo insostenibles y generadores de tensión y crisis entre la sociedad humana y su entorno natural y cultural pueden, y deben, ser modificados para garantizar la vida en el planeta. En ese proceso de modificación se otorga a los hombres y mujeres un nuevo papel fundamental relacionado con la cultura ambiental en todos los niveles sociales, políticos y económicos de nuestra sociedad, priorizando la educación ambiental a través de nuestros niños, que para el Perú, significa aplicar de manera decidida el enfoque ambiental en las comunidades educativas, por la ubicación estratégica del Perú, en la que los efectos del cambio climático serán más acentuados, sólo así nos permitirá mitigar adecuadamente.
(*) APPU-HUAYHUASH (10.02.11)
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