¡Bien venidos por la defensa de las montañas y del medio ambiente!
NUESTROS HUAYCOS DE SIEMPRE
"Desde el principio de los tiempos hasta la eternidad"
Escribe: Florencio Bernabé Gonzales (*)
1. INTRODUCCIÓN
La propia topografía y la ubicación del territorio
peruano es único en el mundo, sus diferentes pisos ecológicos, climas y otras características
ambientales nos hacen especiales; esas mismas características, a su vez nos transforma
en vulnerables, por temporadas generan riesgos y desastres con consecuencias
desastrosos para nuestra economía y la misma vida del peruano.
Por ello, establecer,
estudiar y aplicar el conocimiento de nuestro medio físico en relación a la prevención
de desastres y urge el ordenamiento territorial del país, establecer una
cultura previsora nos haría menos vulnerables ante heladas, huaycos, sequias, avalanchas,
deslizamientos, caídas de roca, entre otros fenómenos naturales que se repiten
año tras año desde el principio del tiempo, últimamente acentuado por los
efectos del cambio climático y el efecto invernadero..
2.
EL
HUYCO DE SIEMPRE
Pueblos aislados, carreteras destruidas, ríos
desbordados, fallas geológicas acentuadas entre otras consecuencias del fenómeno
del niño se repiten cíclicamente en el territorio patrio, según estudiosos
desde tiempos inmemoriales, hasta nos hace sentir impotentes.
En algunas
regiones requiere estudios serios para identificar, georeferenciar y determinar
el grado de peligrosidad de las ocurrencias recientes y antiguas, de procesos
de movimientos en masa de los tipos: derrumbes, caídas de rocas y avalanchas de
hielo, deslizamientos, flujos de detritos (huaycos, flujos de lodo o
“aluviones”), reptaciones y movimientos complejos (avalanchas de rocas,
avalanchas de detritos, flujos de tierra, etc.), así como también de zonas
afectadas por procesos de erosión e inundación fluvial, erosión de laderas, procesos de arenamiento y erosión marina.
Para el caso de Ancash, según el informe Geológico
Ambiental 2007, realizado por IGEMMET “(…)
entre los años 1980 y 1994 en el área, a
nivel de cuencas (Santa, Casma-Sechín, Pativilca), muestra el análisis de los
peligros geológicos, evaluación geodinámica de poblados y redes viales, donde
la Base de Datos de Peligros del Perú (EXGEOEXDAT; INGEMMET, 1996), registraba
la ocurrencia de 321 procesos entre deslizamientos, aluviones, derrumbes,
huaycos, inundaciones, donde además se tomó en cuenta la información
bibliográfica sobre estadísticas de emergencias registradas por INDECI,
reportes periodísticos de diferentes años, solo en forma preliminar de poca trascendencia.
Entretanto, las autoridades competentes imposibilitadas
de responder oportunamente porque todavía no entendemos, no practicamos la “cultura
previsora”, solo por estas fechas aparecen los alcaldes y otras autoridades
intentado paliar, socorrer, sin recursos ni logística.
El sistema o capacidad de
prevención y respuesta son elementos claves para evitar o mitigar los
desastres. Ambos dependen del razonamiento y la acción humana: dependen de la
misma población amenazada, más que de las autoridades, pero estas últimas son las
responsables de implementarlas o ejecutarlas dentro de un estado de
derecho. Si ambos sistemas o capacidades humanas fallan, el desastre se
produce.
Lamentablemente, las muertes, los
desaparecidos, los heridos, las cuantiosas pérdidas materiales y el aislamiento
de algunos pueblos siguen mostrando la debilidad de nuestros sistemas o
capacidades de prevención y respuesta frente a las amenazas naturales.
3.
PERDIDAS
MILLONARIAS POR DESASTRES
Las consecuencias que generan estos fenómenos naturales
suman millones de dólares en pérdidas para los peruanos: desabastecimiento de
los mercados por los productos que no llegan a su destino, el colapso de los
servicios básicos, viviendas destruidas, viajeros varados en las rutas, heridos
y muerte de ciudadanos.
Según informe de la Coordinadora
Residente del Sistema de las Naciones Unidas, Perú pierde 73 millones de dólares cada año a causa de los desastres
naturales. Por ello, es necesario que las empresas identifiquen,
analicen la posibilidad de ocurrencia y cuantifiquen los potenciales trastornos
en sus cadenas de suministro, según el director académico de la Maestría de
Supply Chain Management de la Universidad del Pacífico, Mario Chong.
Explicó que el fenómeno natural
muchas veces no puede evitarse, pero las consecuencias del mismo se pueden
reducir.
“El riesgo es una contingencia
probable, por ello las empresas deben establecer un balance entre la gestión
del riesgo y el costo. Una distorsión en la cadena de suministro puede tener un
impacto negativo de alta intensidad en las metas y en los objetivos
empresariales”, dijo.
Y los riesgos van desde baja
calidad de la materia prima, flujo inadecuado de materiales e información,
hasta guerras, inestabilidad política y financiera, y presión de los
consumidores.
Según el informe mundial de las
Naciones Unidas sobre reducción de desastres naturales, estos fenómenos van en
aumento y las condiciones que los configuran se van exacerbando, como son el
aumento de la pobreza, el cambio climático y la rápida urbanización.
En Perú existe el Sistema
Nacional de Gestión de Riesgos de Desastres (Sinagerd) y está integrado por las
diferentes instituciones públicas que tienen que ver con la reducción del
riesgo, planificación y preparación ante desastres para una respuesta más
eficaz. También lo conforman las entidades privadas y la sociedad civil.
Sin embargo, según el
especialista en temas de Dirección Estratégica y Estructura Organizacional de
la UPC, José Díaz, es necesario articular los planes y las políticas públicas a
la estructura productiva, energética, vial, educación y seguridad para asignar
los recursos que reduzcan el impacto del cambio climático sobre la población,
la producción, productividad y competitividad
“Normalmente se invierte en
infraestructura económica y social, pero no se integra la reducción de riesgos
y por eso hay pérdidas económicas muy grandes”, aseveró Arias.
4.
COMO
PREVENIR LOS DESASTRES
La falta de respuesta
oportuna al problema, falta de sistemas
de prevención y respuesta frente a amenazas de la naturaleza, se encuentra en
la responsabilidad de las propias autoridades y la sociedad civil en general. Para
prevenir consideramos los siguientes:
i)
En primer lugar,
las autoridades competentes del sistema nacional de gestión de riesgo del
desastre, bajo la dirección actual del Instituto Nacional de Defensa Civil
(INDECI), tienen la responsabilidad de trabajar urgentemente con la población
amenazada o ya afectada por los huaycos e inundaciones. Este trabajo supone ir
más allá de las leyes o los procedimientos: se trata de priorizar derechos
constitucionales, como el derecho a la vida, lo que obliga a no esperar leyes o
reglamentos para el tratamiento del desastre. El único requisito, en tal caso,
lo constituye la exigencia de honestidad
en el actuar de la autoridad, y no sea “a
rio revuelto ganancia de pescadores”.
ii)
En segundo lugar,
las autoridades competentes del Estado deben contar con el respaldo
presupuestal necesario para construir el sistema o capacidad de prevención y
respuesta en la población local. Esto significa tener la disposición de
convocar un equipo de técnicos y profesionales comprometidos con el derecho a
la vida y al patrimonio de la población amenazada o afectada, pero también
suficientemente remunerados y con recursos para actuar de manera urgente.
iii)
En tercer lugar,
las mismas autoridades competentes del Estado, incluyendo su equipo técnico,
deben estar sujetos al sistema de
control establecido por normas o reglamentos previamente regulados por las
mismas autoridades del Estado, pero también, y sobre todo en momentos de
emergencia, deben estar sometidos a las normas, reglamentos y prácticas
establecidos por la propia población local. Es ésta la que sufre los efectos de
los desastres, cuya causa principal corresponde a actos humanos como
hemos señalado, y por tanto es a ésta a la que principalmente se le debe
escuchar. Para ello es importante entender que el trabajo de instituciones como
INDECI, gobiernos regionales y locales es o debe ser flexible y no absoluta
frente a los desastres, para tener una capacidad de reemplazo inmediato en
casos de ineficiencia o corrupción.
5.
CONCLUSION
Y SUGERENCIAS
Permanente evaluación de centros poblados y obras
de infraestructura vulnerables a los peligros geológicos así como la
identificación de zonas críticas o con alto grado de riesgo. Esto permitirá
elaborar además mapas de susceptibilidad, mapas de amenaza y zonificación de
áreas críticas en términos de vulnerabilidad y riesgo geológico, los cuales deben ser presentados oportunamente y difundidos. Para mitigar estos desastres sugerimos:
· Establecer una curricula adecuada sobre gestión de
riesgo de desastres en el sistema educativo peruano, desde inicial hasta
superior.
·
En las universidades peruanas se crean
facultades de ingeniería para la previsión de desastres naturales.
·
Las universidades establezcan grados y títulos con
mención en gestión de riesgos y desastres.
·
Acelerar el ordenamiento territorial y zonificación económica ecológica.
· Permanente procesamiento de información geológica,
geodinámica y peligros existentes por regiones.
·
Modernizar la captación de imágenes satelitales,
interconectadas con el sistema internacional.
· Afianzar campañas permanentes a través del
sistema educativo peruano, autoridades locales, regionales sobre prevención y atención
de desastres.
Fuente:
(*) Presidente de APPU-HUAYHUASH y ASREPL
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